Tuesday, December 23, 2008

Momentos para Recordar, #3

La mejor temporada del año definitivamente se vuelve mejor aún viendo buen cine.


Películas con temas navideños o ambientadas durante la época se han hecho por montones, pero estas son algunas de nuestras favoritas con nuestros respectivos momentos favoritos:

Vincente Minnelli, sin duda uno de los mejores y más representativos directores de toda la historia del cine norteamericano, comenzó su amor platónico por Judy Garland cuando la dirigió en esta obra maestra.

Acusado por muchos de ser un simple estilista de la pantalla obsesionado por la belleza sin sustancia, en los últimos años su obra ha sido revalorada y evaluada en su justa dimensión. Siempre debemos agradecer a los críticos franceses por corregir errores pasados como ese.

Junto a Singin' in the Rain y The Band Wagon, Meet Me in St. Louis quizás sea la mejor representante del "Musical MGM", un género por mérito propio del que Minnelli se convirtió en alumno aventajado y representante por excelencia.

Su status de clásico estriba principalmente en la forma en que Minnelli supo capturar detrás de los oropeles y excesos visuales que lo caracterizaban, ese sentimiento de tradicionalismo familiar norteamericano, exacerbado por el reciente cambio de siglo que prometía traer consigo un modernismo que amenzaba con destruir ese cimiento tan importante.

Aquí seguimos a la familia Smith en su camino hacia la navidad de 1903, el cual incluye los amores y desiluciones de sus hijas, y el reto más importante al que se deberán enfrentar: su posible desintegración al mudarse de St. Louis a New York.

No creemos que exista ningún otro momento en el cine que represente la Navidad mejor que tener a Judy Garland cantando Have Yourself a Merry Little Christmas, la mejor canción sobre la época jamás escrita. Aunque interpretada por algunas de nuestras voces favoritas como Karen Carpenter o Nat King Cole, la versión original de Garland no tiene igual.

Un momento mágico que nos estremece cada vez que lo volvemos a ver. ESTO es la Navidad:





El clásico de Halloween/Navideño de Tim Burton ha adquirido con los años status de culto, gracias al inmeso apoyo de los [como se les llama aquí en España] "frikis" que frecuentan santuarios como Hot Topic o conciertos de banditas Emo, y que se identifican con las "almas torturadas e incomprendidas" de Jack y Sally. Por favor.

Jack, el Rey de Halloween Town, harto de la rutina de todos los años, se aventura a averiguar qué hay más allá del status quo. Lo que encuentra es el fascinante mundo de Christmas Town, y emular ese mundo tan diferente al suyo se convertirá en su obsesión.

En esta escena se pone de manifiesto la maestría de Danny Elfman como letrista-compositor-cantante, en la que Jack Skellington, recién llegado de Christmas Town, hace su mejor esfuerzo por explicarle a los habitantes de Halloween Town sobre las maravillas del nuevo mundo que acaba de descubrir.

Macabra, deliciosamente macabra, pero con una dosis de ternura que Burton no volvería a explorar hasta Big Fish.





Aquí no es mucho lo que hay que abundar, pero sí agregar que, sorpresivamente, una película que ya parecía disecada, evaluada y analizada a morir en todos los sentidos, en los últimos meses ha adquirido una dimensión aún mayor de la que ya gozaba luego de los recientes escándalos bancarios. ¿Será posible que existan banqueros que como George Bailey se sacrifiquen por el bien mayor?

Sí, sentimental y manipuladora, Frank Capra no lo puede evitar, pero detrás de esa fachada de de optimismo casi ciego, se oculta [intencional o no, pero me inclino por la segunda opción] un lado muy oscuro y derrotista: personajes miserables y con tendencias suicidas, familias desunidas, un hombre amargado que casi asesina a un niño, pero sobre todo, tener las agallas de mostrar en plena post-guerra un hogar casi destruído por un hombre que ODIA [¡¡!!] a su familia y en lo que se ha convertido su vida.

Es un final feliz muy ambigüo - George Bailey habrá descubierto que el mundo es un lugar mejor por su presencia en él, pero, visto en blanco y negro, no deja de ser un hombre mediocre, fracasado, que ha visto pasar los mejores años de su vida y abandonado sus sueños por un existencia conformista, el ideal de la fantasía Capra-ezca.

A pesar de eso, nada se compara con este momento. Un milagro captado en celuloide. Saquen los pañuelos:





La segunda de Burton, y eso que no incluí a Batman Returns, que sí tiene lugar durante Navidad.

La presente no, pero la majestuosa música de Danny Elfman de celeste y coro infantil ya se ha convertido en un cliché Navideño, y de sólo escucharla desde los mismos créditos, nos sentimos transportados a la época.

Qué final:





La película no fue la gran cosa ni cuando se lanzó, ni ahora, 66 años después. Es más, es insoportablemente ñoña, pero por el hecho de contener este momento tan mágico, donde por primera vez se escuchó White Christmas en voz de Bing Crosby, merece estar en cualquier lista:





Debería odiar esta película, pero no puedo. Lo peor es que se ha convertido en una especie de nuevo clásico de la época.

Esta es el prototipo de comedia romántica inconsecuente que se hace con el objetivo expreso de ser vista luego de un arduo día de compras navideñas. El resultado termina siendo un sentimiento de calidez y pseudo-entusiasmo pascuero, que generalmente degenera en querer seguir comprando.

Sin ánimo de ofender ni hacer generalizaciones injustas, si fueras a preguntarle a tus amigas cuáles son sus películas favoritas, seguro que el 85% de ellas contestará The Holiday, The Notebook o la presente.

Llena de clichés, personajes unidimensionales, y cursi a más no poder, sobre todo esta escena, porque nada grita NAVIDAD como un amor no correspondido. No nos podemos resistir a ella:





Al igual que Meet Me in St. Louis, la mayor virtud de A Christmas Story es retratar con realismo y sinceridad, pero con el tinte rosa de los recuerdos, una época pasada tan ingenua y distante que pareciera no haber existido nunca. Como It's a Wonderful Life, fue un fracaso enorme cuando se estrenó, pero el tiempo, el mejor crítico que existe, junto a los tradicionales maratones de 24 horas que TNT realiza todos los años el día de Navidad, la han colocado como la película navideña "gringa" por excelencia.

Este es mi [y creo que el de todos] momento favorito:





Esta es la definición misma de la manida frase "Clásico Instantáneo".

Muchos actores sueñan con la oportunidad de contar con un personaje icónico, por el que sean recordados para siempre.

Billy Bob Thorton no se conformó con Sling Blade:





Cuando se habla de pioneros de la animación, por alguna razón, el nombre de Chuck Jones no se menciona tanto como se debería.

Si bien es cierto que por el tiempo limitado con el que contaba para realizar sus proyectos cuando era la cabeza del área de animación de la Warner, sus trabajos no contaban con el terminado perfecto de los de Disney. Pero no es menos cierto que su estilo de dibujo, su gusto por la narrativa slapstick, y sobre todo por ser el padre de personajes como Bugs Bunny, su aporte a la animación como arte es importantísimo. Tan importante como el de el mismo Walt Disney.

Para 1966, Jones ya tenía en su haber decenas de aclamados cortos de los Looney Tunes, lo que dió la confianza al renuente Dr. Seuss de poner en manos de Jones su mayor tesoro. El resultado es otro tesoro, una historia que para muchos será muy norteamericana, pero con un mensaje universal y perenne:





  • Elf [Jon Favreau, 2003]
Durante el pico de su popularidad, cuando todavía era gracioso y no una figura gastada e insportable, Will Ferrell hizo su mejor película. Este no es precisamente un stretch actoral para él [Ferrell y Buddy son prácticamente la misma persona] pero desde sus imitaciones en Saturday Night Live, la persona de Will Ferrell nunca había sido tan bien aprovechada.

Crédito también a Jon Favreau por crear una cinta que se ve y siente tan clásica y tradicionalista [en el buen sentido de la palabra] en su realización, que por momentos creemos estar viendo una comedia de estudio de los años 40.

Por este momento, nuestro favorito de toda la película, en el que emula a Judy Garland cantando otra de las mejores canciones de la época -Baby, It's Cold Outside- , casi perdonamos a Zooey Deschanel por hacer el ridículo este año en The Happening.





Y esta porque sí.

Esta película nada tiene que ver con Navidad, pero es uno de mis mayores guilty pleasures, y esta es la excusa perfecta para compartir esta escena que me encanta:




¡Feliz Navidad a todos!

Monday, December 22, 2008

Comienzan las Listas

Poppy.png

O mejor dicho, comenzaron ya hace rato, pero el día de hoy, finalmente habló mi autoridad.

Manohla Dargis, mi crítica de cine favorita, a quien vengo siguiendo desde que trabajara para el Los Angeles Times y ahora como co-colaboradora de la sección de cine del The New York Times, publicó su lista de lo mejor del 2008.

Como siempre, con la boca llena de razón, Dargis argumenta:

"But selling movies isn’t the job of the reviewer, which is something I wish some of my colleagues would remember whenever they start moaning about how critics don’t have power anymore. As if making (or breaking) movies were part of the gig. It isn’t, and never should have been."

También me fascina esta frase que incluye dentro de su reseña del año, contrastando el estado del cine con la situación económica mundial, tema que parece colarse de forma ineludible en todos los ámbitos:

"At the risk of sounding stoned on hope, I offer the following heresy: The movies are fine. Sometimes they’re great; occasionally they’re magnificent."

AMÉN.


Encabezando el conteo, la extraordinaria Happy-Go-Lucky de Mike Leigh. Centrada en la actuación de Sally Hawkins como la irresistible "Poppy", que con sobradas razones se ha convertido en una de las apuestas más seguras para la próxima entrega del Oscar. Presente también Luz Silenciosa , la que no dudamos termine siendo nuestra número 1 del año.

También nos encontramos con dos de las entradas más comentadas del pasado Festival de Cannes, Synecdoche, NY y Wendy and Lucy, de las que Dargis se ha vuelto su principal defensora y promotora.

De Synecdoche, NY dice:

"A grievously underloved film about life and death and every agonized and beautiful thing in between, including art and the scratch-scratch of those who are trying to leave their marks on the world."

La lista:

1. Happy-Go-Lucky
2. Synecdoche, New York
3. Alexandra
4. Flight of the Red Balloon
5. Silent Light
6. Paranoid Park
7. The Dark Knight
8. Encounters at the End of the World
9. Still Life
10. Wendy and Lucy


Menciones honorables:

"Momma’s Man,” “Reprise,” “Ballast,” “The Class,” “Boarding Gate,” “A Christmas Tale,” “The Duchess of Langeais,” “Gran Torino,” “Harvard Beats Yale 29-29,” “My Winnipeg,” “The Last Mistress,” “The Order of Myths,” “Trouble the Water,” “Frownland,” “Patti Smith: Dream of Life,” “Mad Detective,” “Vicky Cristina Barcelona,” “Che” y “Wall-E”.


Esperen la nuestra dentro de poco.

Dentro de un rato salimos a ver Changeling, la cual se estrenó aquí en España el pasado viernes. Esperen también nuestros comentarios sobre ella en breve.

Friday, December 12, 2008

Quantum of Solace [Marc Forster, 2008]

Quantum of Solace.png

Nuestra devoción por James Bond no es de ahora.

License to Kill es una de las primeras películas que recordamos vívidamente haber visto en el cine. Teníamos 7 años, y ese es uno de los veranos más memorables que podamos recordar: nuestra primera película de Bond, la inescapable Batimanía [¿se acuerdan de los álbumes de postalistas en fundita negra con el batilogo?] y la esperadísima Batman de Tim Burton, Indiana Jones y la Última Cruzada y Los Cazafantasmas II.

La impresión que me dejaron Bond y Timothy Dalton todavía las recuerdo como ese primer día en el Cine Triple del Malecón. Mientras los otros carajitos deliraban con Batman, yo no me podía sacar de la cabeza al espía buscando venganza por la muerte de su amigo.

Ahora, casi 20 años después, el Bond que más se parece a Dalton también regresa buscando venganza.

Debatiendo con un amigo sobre quién era el mejor Bond, me decía que [como casi todo en la vida], el mejor es el que primero se conoce. En mi caso tenía razón, para mí Timothy Dalton era Bond hasta que años más tarde ví a Sean Connery en From Russia With Love, el arquetipo al que siempre consideré debían aspirar todas las películas de la serie y nunca llegaban. Eso hasta que apareció Casino Royale.

Aunque son reconocidas por seguir ciertos patrones -locaciones exóticas, gadgets, un héroe que nunca se despeina y mujeres bellas que aparecen y desaparecen con la misma facilidad que con la que el héroe se las lleva a la cama- las películas de Bond siempre han carecido de una identidad visual y temática que las destaque, ya sea vistas individualmente o la saga completa en conjunto. Eso generalmente sucede en los casos en los que los directores actúan como simples funcionarios de encargo bajo las órdenes de un férreo productor, en este caso Albert "Cubby" Broccoli en un principio, y ahora su heredera Barbara Broccoli. Como Hitchcock cuando llegó a Estados Unidos a trabajar con Selznick, aquí el productor es el que tiene no la última, sino la única palabra.

Cuando Quentin Tarantino se ofreció públicamente a darle un giro a la saga de Bond [luego de su entrega más nefasta en Die Another Die] haciendo un remake de Casino Royale fiel a la novela de Ian Fleming, el recién despedido Pierce Brosnan se burlaba diciendo que Barbara Broccoli jamás otorgaría a Tarantino todo el poder que éste demandaría sobre la producción, pero sobre todo, que no permitiría cambiar el modelo de Bond que su padre había dejado establecido.

Pero sucedió.

Como la misma Broccoli ha admitido, luego de llegar al extremo de tener a Bond manejando un auto invisible, la única forma de seguir con el personaje era regresándolo a sus principios, lejos de la ineludible imagen campy que le había dejado las películas protagonizadas por Roger Moore y que Mike Myers se dió gusto parodiando en sus Austin Powers.

Para logralo, Broccoli buscó a Martin Campbell, el único director reciente de la saga que, como Terrence Young en From Russia With Love y Thunderball, sin ser gran cosa como director, había ido más allá de hacer simplemente "otra" película de Bond y le había imprimido un sello especial. Si bien Campbell logró con éxito en Goldeneye introducir a Pierce Brosnan como el nuevo Bond post-cortina de hierro a toda una nueva generación, nada nos tenía preparados para lo que lograría con Casino Royale.

En Casino Royale no se trataba de hacer otro rutinario show de acción, sino lograr que [como le llamara M en Goldeneye] un "dinosaurio misógino, una reliquia de la Guerra Fría" pudiera competir en una era en la que las peleas no se ganan con gadgets ni carisma irresistible, sino mano a mano en el campo de batalla. Una era en la que Jason Bourne se le adelanta y demuestra que el que gana no es el más fuerte, sino el más informado. El Bond de Daniel Craig es tan rudo, tan irascible y tosco como Timothy Dalton en License to Kill, sin atisbo del desparpajo sarcástico y hasta algo afeminado de Roger Moore, pero con el encanto de Sean Connery.

Aquel cambio fue bienvenido por todos, menos por los fanáticos más conservadores que decían que este simplemente no era Bond. Se convirtió en la más taquillera de toda la serie y en una de las películas con mejor respaldo de la crítica en el 2006. El resultado fue una cinta que llegaría a llamar casi extraordinaria en forma y fondo, que trasciende su saga y su género para convertirse en obra de referencia del cine de acción contemporáneo. Acción trepidante, pero con propósito y consecuencias, con personajes que nos importan, enfrentándose a situaciones en las que creemos que lo que está en juego verdaderamente importa.

Quantum of Solace quedó con el camino preparado para convertirse en el The Empire Strikes Back del A New Hope que representó Casino Royale - la secuela que expande sobre los temas dejados por la primera, superándolos incluso, pero algo salió terriblemente mal.

Contratar a un director como Marc Forster que ha demostrado su mediocridad como realizador en todo lo que ha hecho, y que encima no tiene idea de cómo dirigir ni editar cohesivamente la más elemental de las escenas de acción, fue el primer error. Un guión que reprobaría hasta el más sencillo curso de Screenwriting 101 es el segundo.

El tercero sería que afincando a Bond en un "mundo más real" en el que no tienen lugar las fantasías de un megalómano obseso por el oro como Auric Goldfinger, o un villano que puede hasta romper un auto a mordidas como Jaws de The Spy Who Loved Me, lo han despojado de su valor agregado y lo han convertido en un héroe acción más del montón. Bond ya no es punta de lanza, sino un simple imitador de Jason Bourne, que ha olvidado [o todavía no ha aprendido] a reírse de sí mismo.

Los stakes en esta ocasión son menos trascendentales que nunca. Una diabólica organización comandada por el villano más aburrido y menos temible [Mathieu Amalric de Le Scaphandre et Le Papillon, más parecido que nunca a Roman Polanski] que se puedan imaginar desea dejar a un país sin agua... ¿Qué emoción puede provocarse en un espectador ansioso de acción y adrenalina cuando lo que está en juego es de tan poco interés? Habrá funcionado en Chinatown , ¿pero en una película de Bond?

Los realizadores indudablemente pensaron que nuestra conexión como audiencia con lo sucedido en Casino Royale sería suficiente para elevar una aventura tan blasé. Como se asume que lo único que calmará el dolor que Bond esconde tras su fachada ruda es encontrar a los responsables detrás de la traición que lo dejó herido, los escritores han martillado a la fuerza una historia de venganza paralela tan mal desarrollada, mal actuada por la bellísima Olga Kurylenko y poco interesante com el resto. Es como si ni siquiera estaban interesados en crear una película individual, o incluso una continuación natural de su predecesora, sino una especie de epílogo extendido mientras llega la parte interesante.

Las elecciones visuales de Forster y su deseo de transmitir su "sensibilidad arthouse" a un blockbuster, como esa de transportar a un Bond internamente desolado al desierto más árido del mundo, son tan obvias y risibles como sus caóticas escenas de acción que pretenden homenajear a Hitchcock con su cross-cutting, dando resultados contrarios a los esperados.

Aunque se nos promete que QUANTUM, la organización a la que ya no pueden llamar SPECTRE como en el pasado por problemas legales, hará cosas temibles, y que Bond y el mundo se enfrentarán a cosas más terribles que nunca, tendremos que esperar a la próxima entrega para eso, este Bond está muy ocupado curando su dolor y teniendo conversaciones importantes.

Los dirigentes de QUANTUM, a diferencia de los de SPECTRE en las entregas de Sean Connery y Roger Moore, no parecen archivillanos con cicatrices en la cara y con gatos albinos como mascotas, ni se reúnen en una guarida secreta dentro de un volcán. Los villanos de esta era son los CEO de grandes corporaciones que coluden a plena luz pública durante una representación de Tosca de Puccini, planeando cómo controlarán al mundo durante una reunión de junta directiva como cualquier otra. El resultado es la mejor escena de toda la película, el único momento verdadero inspirado en 105 minutos de metraje.

Bond Gun Barrel.png

Mientras tanto, tenemos que conformarnos con un Bond anémico, aburrido con todo y con todos, que esperamos al menos comience a descubrir su sentido del humor en su inevitable próxima aventura. Porque como tradicionalmente dice al final de los créditos, JAMES BOND WILL RETURN, pero esperamos que regrese ya como el hombre que debe ser, no en los retazos de en el que se convertirá.


Night at the Opera - David Arnold


Thursday, December 11, 2008

Golden Globes 2009 - Los Nominados

El National Board of Review, el primero de la larga cola de premios que se avecinan, ya habló, y nombró a Slumdog Millionaire como la Mejor Película del 2008.

También lo hicieron ya la asociación de críticos de Los Angeles [WALL•E] , y mis favoritos, los de New York [Milk].

Pero claro, como los críticos no llaman tanto la atención como una premiación llena de estrellas y glamour, la temporada de premios inició hoy formalmente con el el anuncio por parte de la Hollywood Foreign Press Association de los nominados para sus premios, los Golden Globes.

Con menos de 90 miembros, la mayoría de ellos desconocidos hasta en sus propios países, esta asociación de "críticos" y "periodistas" no cuenta con la mejor de las reputaciones.

Con escándalos de corrupción, prevendas y la falta de verdaderos críticos y periodistas de prestigio dentro de su membresía, por años los Golden Globes se han reconocido más como un showcase y plataforma publicitaria de los estudios y sus estrellas para llegar al premio que verdaderamente les importa: El Oscar.

Su ceremonia del año pasado, famosa porque más de la mitad de sus invitados ya están borrachos de champán gratis antes de que concluya, quedó frustrada por la huelga de escritores que en aquel momento parecía no tener fin, pero este año los Globes regresan con más fuerza y con un par de sorpresas:


Benjamin Button.jpg

- The Curious Case of Benjamin Button demuestra su poder y domina con 5 nominaciones, solidificando su posición como la gran favorita para el Oscar. Sí sorprende que no hayan nominado a Cate Blanchett como Mejor Actríz.

- Australia, el épico de Baz Luhrmann que en teoría parecía dominaría la temporada, pero que ha sido aporreada inmisericordemente por la crítica e ignorada por el público, no recibió ninguna nominación.

- Sólo una nominación [Sean Penn como Mejor Actor] para Milk.

- Ignoraron -a excepción de Heath Ledger- por completo a The Dark Knight.

-
Ignoraron las magníficas actuaciones secundarias de Rosemary DeWitt y Debra Winger en Rachel Getting Married [reseña en breve], así como la labor de Jonathan Demme como director y el brillante guión de Jenny Lumet.

- Demostrando nueva vez su aversión por actores desconocidos y su gusto por nominar estrellas que traen publicidad y brillo a la ceremonia, ignoraron a Melissa Leo, la actuación femenina del año en Frozen River [reseña en breve].

- Lo anterior queda demostrado con su disparatada nominación a Tom Cruise por hacer el ridículo en Tropic Thunder, dejando por fuera a candidatos mucho más merecedores de la atención.

- Meryl Streep y Kate Winslet resultaron nominadas doblemente por Mamma Mia!/Doubt y Revolutionary Road/The Reader.

- Mi sorpresa favorita: con 3 nominaciones, han revivido a In Bruges, una de las mejores películas del año que corría el riesgo de ser olvidada por haberse estrenado tan temprano en el año.

- Mi sorpresa menos favorita: ignoraron la actuación masculina del año, Richard Jenkins en The Visitor [reseña en breve], otra película estrenada temprano en el año.

- Y lo peor, hoy parece quedar confirmado que Che, el extraordinario esfuerzo de Steven Soderbergh, será totalmente ignorado por todas las premiaciones. Una lástima.


Los nominados:


Mejor Película - Drama

The Curious Case of Benjamin Button

Frost/Nixon

The Reader

Revolutionary Road

Slumdog Millionaire


Mejor Película - Comedia / Musical

Burn After Reading

Happy-Go-Lucky

In Bruges

Mamma Mia!

Vicky Cristina Barcelona


Mejor Actor - Drama

Leonardo DiCaprio - Revolutionary Road

Frank Langella - Frost/Nixon

Sean Penn - Milk

Brad Pitt - The Curious Case of Benjamin Button

Mickey Rourke - The Wrestler


Mejor Actríz - Comedia / Musical

Rebecca Hall - Vicky Cristina Barcelona

Sally Hawkins - Happy-Go-Lucky

Frances McDormand - Burn After Reading

Meryl Streep - Mamma Mia!

Emma Thompson - Last Chance Harvey


Mejor Actríz - Drama

Anne Hathaway - Rachel Getting Married

Angelina Jolie - Changeling

Meryl Streep - Doubt

Kristin Scott Thomas - I’ve Loved You So Long

Kate Winslet - Revolutionary Road


Mejor Actor - Comedia / Musical

Javier Bardem - Vicky Cristina Barcelona

Colin Farrell - In Bruges

James Franco - Pineapple Express

Brendon Gleeson - In Bruges

Dustin Hoffman - Last Chance Harvey


Mejor Actor Secundario

Tom Cruise - Tropic Thunder

Robert Downey Jr. - Tropic Thunder

Ralph Fiennes - The Duchess

Philip Seymour Hoffman - Doubt

Heath Ledger - The Dark Knight


Mejor Actríz Secundaria

Amy Adams - Doubt

Penelope Cruz - Vicky Cristina Barcelona

Viola Davis - Doubt

Marisa Tomei - The Wrestler

Kate Winslet - The Reader


Mejor Director

Danny Boyle -Slumdog Millionaire

Stephen Daldry - The Reader

David Fincher - The Curious Case of Benjamin Button

Ron Howard - Frost/Nixon

Sam Mendes - Revolutionary Road


Mejor Guión

Simon Beaufoy - Slumdog Millionaire

David Hare - The Reader

Peter Morgan - Frost/Nixon

Eric Roth - The Curious Case of Benjamin Button

John Patrick Shanley - Doubt


Mejor Película Animada

Bolt - Disney

Kung Fu Panda - Dreamworks

WALL•E - Pixar


Mejor Película Extranjera

The Baader Meinhof Complex - Alemania

Everlasting Moments - Suecia / Dinamarca

Gomorrah - Italia

I’ve Loved You So Long - Francia

Waltz with Bashir - Israel


Mejor Banda de Sonido

Changeling - Clint Eastwood

The Curious Case of Benjamin Button - Alexandre Desplat

Defiance - James Newton Howard

Frost/Nixon - Hans Zimmer

Slumdog Millionaire - A. R. Rahman


Mejor Canción

Down to Eath, Peter Gabriel - WALL•E

Gran Torino, Clint Eastwood/Jamie Cullum - Gran Torino

I Thought I Lost You, Miley Cirus/John Travolta - Bolt

Once in a Lifetime, Beyoncé - Cadillac Records

The Wrestler, Bruce Springsteen - The Wrestler


Totales

The Curious Case of Benjamin Button - 5 Nominaciones

Doubt - 5

Frost/Nixon - 5

The Reader - 4

Revolutionary Road - 4

Slumdog Millionaire - 4

Vicky Cristina Barcelona - 4

In Bruges - 3

The Wrestler - 3

Bolt - 2

Burn After Reading - 2

Changeling - 2

Happy-Go-Lucky - 2

I've Loved You So Long [Il y a Longtemps que je t'aime] -2

Last Chance Harvey -2

Mamma Mia! - 2

Tropic Thunder - 2

WALL•E - 2

Baader Meinhof Complex [Der Badder Meinhof Komplex] - 1

Cadillac Records - 1

The Dark Knight - 1

Defiance - 1

The Duchess - 1

Everlating Moments - 1

Gomorrah - 1

Gran Torino - 1

Kung Fu Panda - 1

Milk - 1

Pineapple Express - 1

Rachel Getting Married - 1

Waltz With Bashir - 1


Los Golden Globes se entregarán el domingo 11 de Enero, y se transmitirán en vivo por NBC a las 8:00pm ET, y por TNT para toda Latinoamérica.

Wednesday, December 3, 2008

Sobre los críticos y la crítica...

"In many ways, the work of a critic is easy. We risk very little yet enjoy a position over those who offer up their work and their selves to our judgment. We thrive on negative criticism, which is fun to write and to read. But the bitter truth we critics must face, is that in the grand scheme of things, the average piece of junk is more meaningful than our criticism designating it so. But there are times when a critic truly risks something, and that is in the discovery and defense of the new. The world is often unkind to new talent, new creations, the new needs friends. Last night, I experienced something new, an extraordinary meal from a singularly unexpected source. To say that both the meal and its maker have challenged my preconceptions about fine cooking is a gross understatement. They have rocked me to my core. In the past, I have made no secret of my disdain for Chef Gusteau's famous motto: Anyone can cook. But I realize, only now do I truly understand what he meant. Not everyone can become a great artist, but a great artist can come from anywhere. It is difficult to imagine more humble origins than those of the genius now cooking at Gusteau's, who is, in this critic's opinion, nothing less than the finest chef in France. I will be returning to Gusteau's soon, hungry for more. " -- Anton Ego.

Mientras termina la temporada de finales y [no pun intended] finalmente regresamos a tiempo completo, no puedo dejar de compartir este escrito que acabo de encontrar en una de mis lecturas obligadas del día – el blog del crítico de cine Roger "Two Thumbs Up!" Ebert.

Si me preguntan, los días de gloria de Ebert como crítico terminaron el día que murió su compañero/rival/mejor mitad Gene Siskel, y comenzó a gustarle absolutamente todo y repartir 4 estrellas como mentas de a tres por peso, pero no puedo negar mi admiración por su prosa y la pasión con la que escribe sobre cine, aún sea sobre Crash, Babel, o Juno.

Ha corrido con mejor suerte que Siskel en su lucha contra un cáncer que ya lo ha dejado hasta sin la capacidad de hablar, pero si juzgáramos por el material que publica en su blog, su claridad mental se mantiene tan intacta como para escribir algo tan imperdible y relevante como lo siguiente.

Mientras divaga sobre la muerte paulatina de la crítica fílmica en la prensa escrita [ignorando su explosión en la blogósfera de la que él mismo es parte, gracias], aprovecha para filosofar sobre la verdadera labor de un crítico de cine y sus diferencias con la del farandulismo y la "celebrity culture" de los Perezhilton.com y Access Hollywood que nos arropan:

A newspaper film critic is like a canary in a coal mine. When one croaks, get the hell out. The lengthening toll of former film critics acts as a poster child for the self-destruction of American newspapers, which once hoped to be more like the New York Times and now yearn to become more like the National Enquirer. We used to be the town crier. Now we are the neighborhood gossip.

The crowning blow came this week when the once-magisterial Associated Press imposed a 500-word limit on all of its entertainment writers. The 500-word limit applies to reviews, interviews, news stories, trend pieces and "thinkers." Oh, it can be done. But with "Synecdoche, New York?"

Worse, the AP wants its writers on the entertainment beat to focus more on the kind of brief celebrity items its clients apparently hunger for. The AP, long considered obligatory to the task of running a North American newspaper, has been hit with some cancellations lately, and no doubt has been informed what its customers want: Affairs, divorces, addiction, disease, success, failure, death watches, tirades, arrests, hissy fits, scandals, who has been "seen with" somebody, who has been "spotted with" somebody, and "top ten" lists of the above. (Celebs "seen with" desire to be seen, celebs "spotted with" do not desire to be seen.)

The CelebCult virus is eating our culture alive, and newspapers voluntarily expose themselves to it. It teaches shabby values to young people, festers unwholesome curiosity, violates privacy, and is indifferent to meaningful achievement. One of the TV celeb shows has announced it will cover the Obama family as "a Hollywood story." I want to smash something against a wall.

In "Toots," a new documentary about the legendary Manhattan saloon keeper Toots Shor, there is a shot so startling I had to reverse the DVD to see it again. After dinner, Joe DiMaggio and Marilyn Monroe leave the restaurant, give their ticket to a valet, wait on the curb until their car arrives, tip the valet and then Joe opens the car door for Marilyn, walks around, gets in, and drives them away. This was in the 1950s. Brad Pitt and Angelina Jolie have not been able to do that once in their adult lifetimes. Celebrities do not use limousines because of vanity. They use them as a protection against cannibalism.

As the CelebCult triumphs, major newspapers have been firing experienced film critics. They want to devote less of their space to considered prose, and more to ignorant gawking. What they require doesn't need to be paid for out of their payrolls. Why does the biggest story about "Twilight" involve its fans? Do we need interviews with 16-year-old girls about Robert Pattinson? When was the last time they read a paper? Isn't the movie obviously about sexual abstinence and the teen fascination with doomy Goth death-flirtation?

The age of film critics has come and gone. While the big papers on the coasts always had them (Bosley Crowther at the New York Times, Charles Champlin at the Los Angeles Times), many other major dailies had rotating bylines anybody might be writing under ("Kate Cameron" at the New York Daily News, "Mae Tinay" at the Chicago Tribune--get it?). Judith Crist changed everything at the New York Herald-Tribune when she panned "Cleopatra" (1963) and was banned from 20th Century-Fox screenings. There was a big fuss, and suddenly every paper hungered for a "real" movie critic. The Film Generation was upon us.

In the coverage of new directors and the rediscovery of classic films, no paper was more influential than the weekly Village Voice, with such as Andrew Sarris and Jonas Mekas. Earlier this year the Voice fired Dennis Lim and Nathan Lee, and recently fired all the local movie critics in its national chain, to be replaced, Variety's Anne Thompson reported, by syndicating their critics on the two coasts, the Voice's J. Hoberman and the L.A. Weekly's Scott Foundas. Serious writers, yes, but...

Meanwhile, the Detroit Free-Press has decided it needs no film critic at all. Michael Wilmington is gone from the Chicago Tribune, Jack Mathews and Jami Bernard from the New York Daily News, Kevin Thomas from the Los Angeles Times--and the internationally-respected film critic of the Chicago Reader, Jonathan Rosenbaum, has retired, accepted a buy-out, will write for his blog, or something. I still see him at all the screenings. My shining hero remains Stanley Kauffmann of The New Republic, as incisive and penetrating as ever at 92. I don't give him points for his age, which anyone can attain simply by living long enough, but for his criticism. Study any review and try to find a wrong or unnecessary word. There is your man for an intelligent 500-word review.

Why do we need critics? A good friend of mine in a very big city was once told by his editor that the critic should "reflect the taste of the readers." My friend said, "Does that mean the food critic should love McDonald's?" The editor: "Absolutely." I don't believe readers buy a newspaper to read variations on the Ed McMahon line, "You are correct, sir!" A newspaper film critic should encourage critical thinking, introduce new developments, consider the local scene, look beyond the weekend fanboy specials, be a weatherman on social trends, bring in a larger context, teach, inform, amuse, inspire, be heartened, be outraged.

At one time all newspapers by definition did those things on every page. Now they are lascivious gossips, covering invented beats. On one single day recently, I was informed that Tom and Katie's daughter Suri "won't wear pants" and shares matching designer sunglasses with her mom. No, wait, they're not matching, they're only both wearing sunglasses. Eloping to Mexico: Heidi and Spencer. Britney is feeling old. Amy is in the hospital. George called Hugh in the middle of the night to accuse him of waging a campaign to take away the title of "sexiest man alive." Pete discussed naming his son Bronx Mowgli. Ann's jaw was wired shut. Karolina's belly button is missing. Madonna and A-Rod might, or might not, spend Thanksgiving together. Some of Valentino's makeup rubbed off on Sarah Jessica. Miley and Justin went out to lunch. Justin and Jessica took their dogs for a walk.

Perhaps fearing the challenge of reading a newspaper will prove daunting, papers are using increasing portions of their shrinking news holes in providing guides to reading themselves. Before the Chicago Tribune's new design started self-correcting (i.e., rolling itself back), I fully expected a box at the top of a page steering me to a story lower on the same page.

The celebrity culture is infantilizing us. We are being trained not to think. It is not about the disappearance of film critics. We are the canaries. It is about the death of an intelligent and curious, readership, interested in significant things and able to think critically. It is about the failure of our educational system. It is not about dumbing-down. It is about snuffing out.

The news is still big. It's the newspapers that got small.

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