Tuesday, December 23, 2008

Momentos para Recordar, #3

La mejor temporada del año definitivamente se vuelve mejor aún viendo buen cine.


Películas con temas navideños o ambientadas durante la época se han hecho por montones, pero estas son algunas de nuestras favoritas con nuestros respectivos momentos favoritos:

Vincente Minnelli, sin duda uno de los mejores y más representativos directores de toda la historia del cine norteamericano, comenzó su amor platónico por Judy Garland cuando la dirigió en esta obra maestra.

Acusado por muchos de ser un simple estilista de la pantalla obsesionado por la belleza sin sustancia, en los últimos años su obra ha sido revalorada y evaluada en su justa dimensión. Siempre debemos agradecer a los críticos franceses por corregir errores pasados como ese.

Junto a Singin' in the Rain y The Band Wagon, Meet Me in St. Louis quizás sea la mejor representante del "Musical MGM", un género por mérito propio del que Minnelli se convirtió en alumno aventajado y representante por excelencia.

Su status de clásico estriba principalmente en la forma en que Minnelli supo capturar detrás de los oropeles y excesos visuales que lo caracterizaban, ese sentimiento de tradicionalismo familiar norteamericano, exacerbado por el reciente cambio de siglo que prometía traer consigo un modernismo que amenzaba con destruir ese cimiento tan importante.

Aquí seguimos a la familia Smith en su camino hacia la navidad de 1903, el cual incluye los amores y desiluciones de sus hijas, y el reto más importante al que se deberán enfrentar: su posible desintegración al mudarse de St. Louis a New York.

No creemos que exista ningún otro momento en el cine que represente la Navidad mejor que tener a Judy Garland cantando Have Yourself a Merry Little Christmas, la mejor canción sobre la época jamás escrita. Aunque interpretada por algunas de nuestras voces favoritas como Karen Carpenter o Nat King Cole, la versión original de Garland no tiene igual.

Un momento mágico que nos estremece cada vez que lo volvemos a ver. ESTO es la Navidad:





El clásico de Halloween/Navideño de Tim Burton ha adquirido con los años status de culto, gracias al inmeso apoyo de los [como se les llama aquí en España] "frikis" que frecuentan santuarios como Hot Topic o conciertos de banditas Emo, y que se identifican con las "almas torturadas e incomprendidas" de Jack y Sally. Por favor.

Jack, el Rey de Halloween Town, harto de la rutina de todos los años, se aventura a averiguar qué hay más allá del status quo. Lo que encuentra es el fascinante mundo de Christmas Town, y emular ese mundo tan diferente al suyo se convertirá en su obsesión.

En esta escena se pone de manifiesto la maestría de Danny Elfman como letrista-compositor-cantante, en la que Jack Skellington, recién llegado de Christmas Town, hace su mejor esfuerzo por explicarle a los habitantes de Halloween Town sobre las maravillas del nuevo mundo que acaba de descubrir.

Macabra, deliciosamente macabra, pero con una dosis de ternura que Burton no volvería a explorar hasta Big Fish.





Aquí no es mucho lo que hay que abundar, pero sí agregar que, sorpresivamente, una película que ya parecía disecada, evaluada y analizada a morir en todos los sentidos, en los últimos meses ha adquirido una dimensión aún mayor de la que ya gozaba luego de los recientes escándalos bancarios. ¿Será posible que existan banqueros que como George Bailey se sacrifiquen por el bien mayor?

Sí, sentimental y manipuladora, Frank Capra no lo puede evitar, pero detrás de esa fachada de de optimismo casi ciego, se oculta [intencional o no, pero me inclino por la segunda opción] un lado muy oscuro y derrotista: personajes miserables y con tendencias suicidas, familias desunidas, un hombre amargado que casi asesina a un niño, pero sobre todo, tener las agallas de mostrar en plena post-guerra un hogar casi destruído por un hombre que ODIA [¡¡!!] a su familia y en lo que se ha convertido su vida.

Es un final feliz muy ambigüo - George Bailey habrá descubierto que el mundo es un lugar mejor por su presencia en él, pero, visto en blanco y negro, no deja de ser un hombre mediocre, fracasado, que ha visto pasar los mejores años de su vida y abandonado sus sueños por un existencia conformista, el ideal de la fantasía Capra-ezca.

A pesar de eso, nada se compara con este momento. Un milagro captado en celuloide. Saquen los pañuelos:





La segunda de Burton, y eso que no incluí a Batman Returns, que sí tiene lugar durante Navidad.

La presente no, pero la majestuosa música de Danny Elfman de celeste y coro infantil ya se ha convertido en un cliché Navideño, y de sólo escucharla desde los mismos créditos, nos sentimos transportados a la época.

Qué final:





La película no fue la gran cosa ni cuando se lanzó, ni ahora, 66 años después. Es más, es insoportablemente ñoña, pero por el hecho de contener este momento tan mágico, donde por primera vez se escuchó White Christmas en voz de Bing Crosby, merece estar en cualquier lista:





Debería odiar esta película, pero no puedo. Lo peor es que se ha convertido en una especie de nuevo clásico de la época.

Esta es el prototipo de comedia romántica inconsecuente que se hace con el objetivo expreso de ser vista luego de un arduo día de compras navideñas. El resultado termina siendo un sentimiento de calidez y pseudo-entusiasmo pascuero, que generalmente degenera en querer seguir comprando.

Sin ánimo de ofender ni hacer generalizaciones injustas, si fueras a preguntarle a tus amigas cuáles son sus películas favoritas, seguro que el 85% de ellas contestará The Holiday, The Notebook o la presente.

Llena de clichés, personajes unidimensionales, y cursi a más no poder, sobre todo esta escena, porque nada grita NAVIDAD como un amor no correspondido. No nos podemos resistir a ella:





Al igual que Meet Me in St. Louis, la mayor virtud de A Christmas Story es retratar con realismo y sinceridad, pero con el tinte rosa de los recuerdos, una época pasada tan ingenua y distante que pareciera no haber existido nunca. Como It's a Wonderful Life, fue un fracaso enorme cuando se estrenó, pero el tiempo, el mejor crítico que existe, junto a los tradicionales maratones de 24 horas que TNT realiza todos los años el día de Navidad, la han colocado como la película navideña "gringa" por excelencia.

Este es mi [y creo que el de todos] momento favorito:





Esta es la definición misma de la manida frase "Clásico Instantáneo".

Muchos actores sueñan con la oportunidad de contar con un personaje icónico, por el que sean recordados para siempre.

Billy Bob Thorton no se conformó con Sling Blade:





Cuando se habla de pioneros de la animación, por alguna razón, el nombre de Chuck Jones no se menciona tanto como se debería.

Si bien es cierto que por el tiempo limitado con el que contaba para realizar sus proyectos cuando era la cabeza del área de animación de la Warner, sus trabajos no contaban con el terminado perfecto de los de Disney. Pero no es menos cierto que su estilo de dibujo, su gusto por la narrativa slapstick, y sobre todo por ser el padre de personajes como Bugs Bunny, su aporte a la animación como arte es importantísimo. Tan importante como el de el mismo Walt Disney.

Para 1966, Jones ya tenía en su haber decenas de aclamados cortos de los Looney Tunes, lo que dió la confianza al renuente Dr. Seuss de poner en manos de Jones su mayor tesoro. El resultado es otro tesoro, una historia que para muchos será muy norteamericana, pero con un mensaje universal y perenne:





  • Elf [Jon Favreau, 2003]
Durante el pico de su popularidad, cuando todavía era gracioso y no una figura gastada e insportable, Will Ferrell hizo su mejor película. Este no es precisamente un stretch actoral para él [Ferrell y Buddy son prácticamente la misma persona] pero desde sus imitaciones en Saturday Night Live, la persona de Will Ferrell nunca había sido tan bien aprovechada.

Crédito también a Jon Favreau por crear una cinta que se ve y siente tan clásica y tradicionalista [en el buen sentido de la palabra] en su realización, que por momentos creemos estar viendo una comedia de estudio de los años 40.

Por este momento, nuestro favorito de toda la película, en el que emula a Judy Garland cantando otra de las mejores canciones de la época -Baby, It's Cold Outside- , casi perdonamos a Zooey Deschanel por hacer el ridículo este año en The Happening.





Y esta porque sí.

Esta película nada tiene que ver con Navidad, pero es uno de mis mayores guilty pleasures, y esta es la excusa perfecta para compartir esta escena que me encanta:




¡Feliz Navidad a todos!

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4 comments:

Möbius el Crononauta said...

Excelentes recomendaciones. Soy un clásico y la historia de George Bailey siempre será mis preferidas navideñas, pero hay títulos muy interesantes ahí.

Feliz navidad.

alfonso said...

guido, feliz navidad, sigue ahi, aqui te seguimos, un abrazo.

J Luis Rivera said...

Feliz Navidad amigo!!

Debo admitir que "Edward Scissorhands" me hace llorar. For real.

Guido said...

Qué gusto verte por estos lados de nuevo, Möbius.

Gracias a todos!

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