Monday, March 16, 2009

Watchmen [Zack Snyder, 2009]

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El año es 1985, plena guerra fría, y un terriblemente maquillado Richard Nixon se encuentra ejerciendo su quinto mandato.

El reloj simbólico que alerta sobre las tensiones entre Estados Unidos y la USSR apunta que faltan cinco minutos para la 12. Mientras más se acercan las manecillas a la medianoche, más cerca está de comenzar una guerra nuclear que terminará con la humanidad.

La imagen de estos Estados Unidos ochenteros creados por Alan Moore y Dave Gibbons surgió como una especie de respuesta al sentimiento de paranoia colectiva existente durante la guerra fría, apaciguado en parte por el clima de supuesto bienestar propuesto por la cara más pura del conservadurismo: Ronald Reagan.

Aquí nos encontramos de frente con una nación moralmente ambivalente, en la que nadie sabe lo que es correcto o no, aterrada por su inevitable destrucción por parte del "enemigo", sin darse cuenta que el enemigo era ella misma y su gente.

Watchmen, la novela gráfica creada por Moore y Gibbons es la crónica de una nación y los hechos que definieron su historia reciente, desde Hiroshima hasta Vietnam, nutrida de la cultura pop de la época, de la música de Bob Dylan y el Dr. Strangelove de Stanley Kubrick, el Travis Bickle de Taxi Driver obsesionado con limpiar las calles de la ciudad de la escoria que las habita, de un clima político en el que la destrucción era cuestión de Cuándo y no de Por Qué, todo esto utilizando como vehículo uno de los géneros literarios [sí, es un género literario legitimo] más distintivamente norteamericanos, con el mito más netamente norteamericano que existe después del cowboy: el superhéroe.

Así como los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, en este universo también tienen los superhéroes que se merecen. Los Watchmen pueden llegar a ser tan despreciables como los villanos contra los que luchan. No hablamos de héroes que enarbolan los ideales norteamericanos como Spider-Man o Superman, sino de individuos pretenciosos, ególatras y excesivamente violentos, que parecen luchar contra el mal por alguna urgencia intrínseca y no por proteger a los débiles y afligidos.

Estos superhéroes, que pasaron de ser Dioses aclamados por las masas a retirados forzados, habitan un New York decadente, vigilado desde el aire por dirigibles con forma de bombas atómicas que simbolizan la amenza nuclear que acecha omnipresente.

Con un material de la trascendencia y popularidad de Watchmen, una obra que hasta los más escépticos han abrazado por su profundidad e impacto cultural, la adaptación cinematográfica también era cuestión de Cuándo.

Watchmen, no dirigida, sino arrancada de la página sin imaginación ni tacto por "el visionario director" Zack Snyder, da otra razón para creer a los convencidos de que que no todo se puede y debe adaptar, y que el cine y la literatura son dos géneros tan afines como extremadamente diferentes. Traduciéndolo textualmente, el texto de Watchmen ha perdido todo su significado.

Primero, Snyder NO entiende a Alan Moore. No entiende su sentido de ironía, y trata todas las situaciones como setpieces épicos de una seriedad que espanta. Ni se molesta en explorar una de las partes más fuertes de la novela - el incisivo comentario político que todavía hoy mantiene una vigencia universal.

La incompetencia de Snyder como director le impide trasladar a la pantalla la fuerza presente en la imágen impresa del asesinato de una jóven embarazada, de una violación, del hastío de un ser superior con la humanidad, de la conclusión de una guerra en 3 meses, y la lista es interminable.

Snyder NO entiende la ambigüedad de un personaje como Ozzymandias, y dirige al terriblemente miscast Matthew Goode como un villano pomposo tipo Lex Luthor, y no como un hombre que al igual que el Presidente Harry Truman cuando decidió lanzar la bomba atómica está convencido de que está haciendo lo correcto.

Tampoco entiende que casi todos los momentos de acción presentes en la novela fueron inspirados visualmente por el cine en primer lugar, así que cuando los recrea en el cine como recuadros sacados de un comic pierden su efecto, y terminan combirtiéndose en interminables peleas excesivamente coreografiadas, que al final parecen sesiones de modelaje y no de combate. Todo adornado por un terrible uso de la cámara lenta que da la idea de un director tan impresionado con sus propias creaciones que debe observarlas despacito. Después de todo, estamos hablando del director de 300.

Snyder evidentemente tampoco entiende de sutileza [también nos quedó claro con 300] ni confía en su audiencia, con un grupo de elecciones musicales que sólo sirven para taladrar el mensaje que sus elecciones estéticas tan obvias ya habían logrado. The Sound of Silence durante un funeral, The Times They Are A'Changing mientras observamos un compendio de hechos que transformaron a una nación [por mucho, lo mejor de toda la película], Hallelujah durante la peor escena de sexo que jamás hemos visto, y [la que aún estamos batallando por entender] 99 Red Balloons durante una cita romántica.

Watchmen es una red complicada de hilos argumentales que funciona en la página porque deliberadamente se toma su tiempo para establecerlos debidamente. Snyder no se percata de que la grandeza de este grupo de personajes viene dada porque cada uno es explorado exhaustivamente en cada uno en los doce números de la novela, algo imposible de condensar ni en unos interminables 162 minutos. El resultado, a excepción de Roschach, son caracteres de cartón, definidos por poses y tics, mal dirigidos, y cuyas motivaciones nunca quedan bien definidas.

Watchmen como cine no tiene uso alguno. No hay picos dramáticos, no hay momentos de acción inspirados, no hay un climax trepidante, sólo una serie de viñetas que se suceden una tras otra sin ningún impacto emocional. Los momentos de la novela que nos sacuden tienen aquí la misma resonancia e intensidad que Spider-Man rescatando un bebé de un edificio en llamas.

Ya queda claro que una adaptación fiel de Watchmen simplemente no funciona, ahora sólo habrá que esperar 20 años más para que un director con visión de CINE haga justicia a este material. Un realizador que entienda al cine como medio de expresión como Alan Moore entiende la imagen impresa.

Watchmen 2.png


The Times They Are A-Changing - Bob Dylan




All Along the Watchtower - Bob Dylan


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7 comments:

Hernán said...

Al fin una reseña en la web que habla con profundidad e inteligencia sobre lo que significa Watchmen para el cine. Sólo agregaría una pequeña opinión, aunque pueda resultar una obviedad: Watchmen de Snyder no es mala porque no sea fiel o porque sea muy fiel al comic de Alan Moore, ninguna de las dos cosas; la película de Snyder es mala por lo que resumen con precisión tus tres últimos párrafos, ni más ni menos. Aclaro esto porque no faltan los fanáticos del cómic que se quejan de las comparaciones de la película con su fuente original en el proceso de adaptación, y muchos de ellos, algunas veces, tienen razón; estas comparaciones suelen teñirse de juicios morales que poco tienen que ver con la película misma y con su estructura interna. Pero repito: uno podría olvidarse de Alan Moore y de su comic de los '80 y la película de Snyder seguiría siendo igual de mediocre. Por supuesto, haber leído la fuente original y luego haber visto la película hace más rico el análisis, y uno cuenta con más herramientas para entender las decisiones de Snyder a la hora de intentar reproducir milimétricamente y de forma obsesiva las viñetas del comic. Y ahí sí uno puede decir, mal que les pese a muchos: ¡qué decisión estúpida!

Saludos.

Anonymous said...

Nunca he leído esta novela, de hecho ni sabia de su existencia, espero por esto encontrarme la película un poco menos mediocre de lo que ustedes se la encontraron.

Lo siento por ustedes, de verdad que las adaptaciones mal realizadas duelen.

Guido said...

Hernán, me encanta cuando coincidimos y me encanta encontrar otra persona que aprecie la grandeza de Watchmen.

Igual que tú, después de ver esto aprecio más aún el logro de Christopher Nolan con The Dark Knight.

alfonso said...

nice guido....

Eddney Todd said...

Querîa ir a verla mañana pero la verdad no sé. Me temo que tengas razôn y que la cinta no valga la pena.

Nehemoth said...

Bueno tenia todo el deseo de que Guido estuviera mas que equivocado, y de hecho lo esta, porque se quedo corto en lo que dijo.

Fui a ver la película creyendo que me encontraría con una tremenda obra, son embargo no dejo de ser una gran decepción.

Hasta ahora 2 personas que han dicho de todo por expresar mi sentimiento y han sido 2 fanáticos del comic.

Ya veremos que dicen las masas.

Guido said...

De verdad no veo cómo alguien que sea fanático de la novela o la conozca aún mínimamente pueda pensar que esta película tiene algún valor.

Ya las masas hablaron, en Estados Unidos fue un fracaso y allá no creo que le vaya mejor.

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