Friday, November 2, 2007

Mouchette [Robert Bresson, 1967]

"It is very difficult to see things. So many times you go walking in the street, you look at things, but you don’t see them. If you don’t show a succession of things exactly as they are in life, people stop understanding. Pornography has brought that to the cinema, that you must see everything. So the public is now conditioned to films where you show everything.” - Robert Bresson.

El francés Robert Bresson es uno de los grandes no sólo del cine, para muchos es uno de los verdaderos precursores del movimiento artístico minimalista.

No comprometió nunca su visión en nombre de la complacencia del comercialismo, y esa es una de las razones por las lamentablemente su obra es poco vista.

Se hizo conocido por un método al que llamó Le Cinématographe, cuyo objetivo era expresar en imágenes aquello que no podía expresarse con palabras. Con esto buscaba crear una estética de movimiento interior – plasmar un retrato de lo que su sucede en el alma. Su meta era capturar con una cámara lo imperceptible a los sentidos.

Ese deseo de capturar la esencia más pura del alma lo llevó a remover todo lo “falso” e “innecesario” de sus películas, por eso insistía en usar actores no profesionales, a los que simplemente llamaba modelos y ordenaba ser lo menos expresivos posible. La idea era que el espectador se concentrara en lo que ocurría dentro del personaje, y no en su aspecto exterior y expresiones faciales.

En su cine, el ascetismo es el tema predominante. Mostrar seres a los que sus padecimientos y su estoicismo al enfrentarlos los convierte en individuos especiales, generalmente rechazados o alejados de los demás.

Su obsesión de ensalzar a estos individuos alcanzó su mayor notoriedad con la que se considera su obra máxima, Au Hasard Balthazar, donde vemos las penurias del mundo a través de los ojos de un burro que pasa de dueño en dueño hasta morir abandonado y solo.

Considero que el verdadero pináculo de su estilo es con Mouchette.

En español, Mouchette sería algo así como Mosquita, y por la forma en que es tratada por los que la rodean, se puede inferir que su nombre no es fortuito.

En ese sentido de mostrar a sus protagonistas como mártires que deben sufrir hasta lo indecible para alcanzar su redención, muchos consideran al danés Lars Von Trier como el sucesor natural de Bresson.

En el caso de Mouchette, nos encontramos con una pobre jovencita sin amigos, abusada por su padre y con una madre moribunda.

¿Qué será de ellos sin mí?, exclama su madre al inicio de la película.

Fanático de las ideas contrapuntuales, Bresson establece al principio el paralelismo de unos cazadores tras una gallina con el infortunio que persigue a Mouchette de la misma forma.

Removiendo la imagen romantizada que tenemos de la campiña francesa, Bresson muestra sin filtros la zona empobrecida en la que vive Mouchette. Su padre es un borracho que no aporta nada, y su madre enferma está todo el día en cama, por lo que Mouchette debe encargarse de todas las tareas del hogar.

El único hombre que parece ser su amigo se aprovecha de su inocencia para encubrir el asesinato que acaba de cometer, y abusa de ella. Ser maltratada es una cosa de todos los días, por lo que hayarse víctima de una violación es sólo una cosa más. La figura masculina en su mente ya está asociada con el abuso, por lo que toma una actitud pasiva ante éste.

Como en toda su obra, el uso del sonido es vital. Bresson consideraba que limitarse a la narrativa tradicional era desaprovechar las herramientas de un medio eminentemente visual y sonoro.

Los sonidos que ocurren tanto dentro como fuera de pantalla tienen una importancia y significado fundamental: la pieza musical Magnificat de Monteverdi utilizada en momentos clave, el sonido de la lluvia y el viento, y en especial, en la escena climática de la película, donde luego de un primer intento de quitarse la vida, Mouchette cree que el sonido de un camión pasando representa la respuesta de alguien a su grito desesperado. Cuando es ignorada una vez más por un simple extraño, queda convencida de que está sola en un mundo al que sólo llegó para ser infeliz.

El estilo de no mostrar más de lo necesario se pone de manifiesto cuando sabemos que Mouchette se ha lanzado a su muerte, pero todo ocurre fuera de la pantalla. Su muerte representa primero una catarsis para el espectador, y luego la esperanza de que si existe vida después de la muerte Mouchette ya se encuentra en un mejor lugar.

En el estilo subversivo de Bresson, la ironía está en que para ir a ese lugar mejor, Mouchette utiliza el recurso peor visto por la religión – el suicido.

Se puede dar numerosas lecturas a la fuerte carga espiritual-religiosa que Bresson utiliza en todo su cine y en esta película en particular.

Una de las más aceptadas es que Bresson, un confeso “ateo-cristiano”, creía que la tierra estaba poblada de personas con una presencia de Dios tan grande dentro de ellos, que eran una especie de santos terrenales. Personas que padecían por los culpas de los demás y de alguna manera les servían de ejemplo y modelo a seguir por la manera estóica en la que enfrentaban ese sufrimiento. Mouchette es uno de ellos, y captar esa presencia divina con sus imágenes era su objetivo como artista.

Mi casi nula [por no decir totalmente nula] fe religiosa me hace ver a estos pobres seres sufridos más como personas escogidas por Bresson [y su lado ateo] para demostrar que el hombre está solo y que no existe ningún Dios bueno y compasivo que se apiade y preocupe por ellos. De existir un ser supremo, él nos ve de forma pasiva y sin intervenir, de la misma forma que el conductor del camión ignoró a Mouchette al momento de quitarse la vida, y de la misma forma en que era ignorada por su padre, sus compañeros de clase y hasta por su madre cuando intentaba contarle que había sido violada.

La pasividad de Mouchette al esperar la compasión de los demás y una recompensa por su sufrimiento puede verse como una demostración de la futilidad de la fe religiosa, Mouchette llama insistentemente a Dios sin obtener respuesta. De igual forma, su muerte puede interpretarse como la representación de que la única forma de dejar de sufrir y tomar control de nuestras vidas es a través de nosotros mismos, sin esperar la intervención de ninguna deidad religiosa.

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3 comments:

alfonso said...

Tan interesante lo que escribes como la forma en que escribes.

Muy bueno como siempre. Guido acuerdate del post que hablamos.

DrLacxos said...

aquí se aprende bastante!!!, guao!!!
la historia de Mouchette se siente como un drama crudo pero real de cuando se nace para no ser feliz.

donde consigues estos clásicos?

BUDOKAN said...

Qué gran post que has escrito en esta ocasión, sobre todo de un film que es digno de admiración. Qué viva el ascetismo de Bresson. Saludos!

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