Increíble que Sydney Pollack y su compañero de producción de los últimos años Anthony Minghella hayan muerto a destiempo, y con apenas meses de diferencia. Ni que se hubieran puesto de acuerdo.
Una generación completa de actores y técnicos dominicanos le recuerda de cuando filmó Havana junto a Robert Redford en el país, donde por enésima vez nos disfrazan de Cuba.
Havana, que no es más que una copia destartalada de Casablanca, fue una prueba más de lo irregular que se había tornado su carrera.
Más que ser un director con una visión distintivamente personal, Pollack era consistente en su trabajo, un excelente realizador de cine de estudio.
Como sucedía con directores de la época dorada de Hollywood como Michael Curtiz, era un director confiable al que se le podía encargar hacer cine de cualquier género. Sin ser un verdadero autor tomaba proyectos de estudio y los hacía suyos.
Sus tres películas más reconocidas son ejemplos perfectos de la maquinaria de Hollywood trabajando a la perfección, por supuesto que bajo el mando de una mano certera.
Por su estructura fragmentada y la belleza de sus protagonistas siempre me ha recordado a Two For The Road, y al igual que esa, The Way We Were fue en ese entonces uno de los pocos dramas románticos que analizan la evolución de una relación amorosa de una forma seria.
En un momento donde el prototipo de cine romántico era la insufrible Love Story, en The Way We Were Pollack se atrevía a mostrar la relación entre un hombre y una mujer con sus altas y bajas y sin miedo a darle un final que no dejaría satisfechos a muchos. También, ¿quién se olvida de esto?
The Way We Were - Barbra Streisand
En Out of Africa, que aunque vista en retrospectiva es una película sobrevalorada y sin mucha sustancia, tiene el mérito de haber introducido a las nuevas audiencias de ese entonces a los romances épicos de imágenes inolvidables y música estremecedora de antaño. Hoy está algo olvidada, pero en su momento fue sumamente popular y le valió dos premios Oscar, uno a Mejor Película y otro a Mejor Director.
Innegable su valor artístico, nuevamente evidencia de todos los elementos del cine Hollywoodense dispuestos perfectamente, especialmente la majestuosa musicalización de John Barry:
Out of Africa - John Barry
Y Tootsie, una película con uno de los rodajes más tormentosos de los que se tenga memoria, producto de batallas de ego, un guión a medio escribir y la constante intromisión del estudio. Gracias a Pollack, el producto final es una de las mejores comedias que Hollywood ha hecho en toda su historia.
Pero lejos de la belleza romantizada de Africa y de Streisand/Redford, la que es verdaderamente su mejor película es una donde muestra lo peor de la miseria humana sin tapujos – They Shoot Horses, Don’t They?
En el momento en que Estados Unidos estaba sumido en su terrible gran depresión, el hambre y la necesidad empujaban a la gente a participar en concursos de resistencia donde los participantes se peleaban en competencias disparatadas por premios absurdos. En la mejor tradición del circo romano, los concursantes debían someterse a tareas tales como aguantar la respiración o mantenerse despierto por más tiempo que sus contrincantes.
En este caso, la competencia era mantenerse bailando sin parar hasta que se desplomara el último concursante, y mientras eso sucedía, lo peor de cada uno afloraba para el deleite del público y de los productores del evento.
Por primera vez en su carrera, Pollack aprovechó su posición de hombre de encargo para hacer una película que trataba temas más profundos. Nunca más lo volvió a hacer.
En los últimos años era más reconocido como productor. Junto a su socio Anthony Minghella produjo películas como The English Patient, Cold Mountain y el año pasado estuvo nominado al Oscar por sexta vez como productor de Michael Clayton, donde en una breve pero efectiva aparición demostraba por última vez sus dotes de excelente actor.
Directores como Pollack puede que representaran más al sistema que al movimiento artístico paralelo [rebelde si se quiere] del Hollywood post-studio system, pero sin dudas que con su muerte se pierde un eslabón más de los pocos que quedan con un época en que el oficio de hacer cine era algo más que un negocio.
5 comments:
The Way We Were es una de mis peliculas favoritas y las razones de eso fueron muy buen expuestas por ti en este post. Out of Africa no me llama tanto.
La última que mencionas no la he visto. Donde puedo conseguirla?
Una verdadera pena la partida de este grande del cine en cualquier sea el rol. Un personaje querido por todo el mundo. Saludos!
Argénida, la última vez que revisé, They Shoot Horses la tienen en DVD en Movie Max de Piantini.
Budokan, me encantó tu reseña de Jeremiah Johnson, la que creo es su mejor colaboración con Robert Redford.
Coincido en que Pollack fue un director irregular, con películas muy buenas y varias olvidables. Un eficiente director más que un autor.
No sé por qué se dedicó tanto a la actuación en los últimos años (si bien no era malo haciéndolo).
Muy buena reseña, al igual que la de Cannes.
Un abrazo.
me cai muy bien Pollack... no todo lo q hacia pero si, parecia un buen tipo...
Excelente titulo de post pero ninguna referencia a su trabajo con Kubrick!!!
mal ahi...
salu2
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