*Un breve parentesis entre los 250 posts retrasados para decir lo siguiente*
Casi no veo televisión. No tengo ni las ganas de atarme, ni la disposición, ni la memoria para recordar que en tal fecha a tal hora en tal canal saldrá al aire un episodio nuevo de tal serie. Hasta ahora.
En un episodio de la primera temporada de Mad Men -cuya excepcional edición en blu-ray devoré completa en 2 días- Don Draper, un personaje cuya genialidad en caracterización sólo es igualada por su misterio, lee en la cama junto a su esposa Betty el famoso libro de Rona Jaffe The Best of Everything, un fenómeno literiario a partir de su lanzamiento en 1958 por la forma en aquel entonces revolucionaria en que describía algo tan nuevo como la lucha de la mujer por encontrar su lugar en un mundo laboral regido por los hombres.
Mad Men nos muestra algo sobre ese mundo, y el resultado es una extraordinaria máquina del tiempo que nos transporta a una era en que los hombres eran hombres y las mujeres...obedecían órdenes.
Esos hombres están representados por Don Draper, el alpha male por antonomasia. Hombre de familia, militar condecorado, womanizer que entre cada cigarrillo y cada copa de rye deslumbra a compañeros y clientes por igual con sus ideas, pero también es un hombre que miente sobre su pasado y su presente, consiguiendo que ese pasado que le pesa tanto interfiera con su vida personal y profesional...o por lo menos lo intenta.
Don Draper es la mente creativa detrás de la agencia publicitaria Sterling and Cooper en el New York de 1960, la era en la que vender a las masas se convirtió en todo un arte. Una era regida por unas reglas de vida tan estrictas en la que hombres y mujeres sólo podían obtener la felicidad teniendo ciertas cosas y comportándose de ciertas maneras. Utilizar el mundo de la publicidad de aquel entonces sirve como un excelente vehículo para demostrar la dicotomía existente entre la imagen que la gente tenía sobre sí misma y la que realmente era y deseaba alcanzar.
En este tiempo la mujer sólo contaba con dos opciones: o actuar como una doméstica en casa, o actuar como una doméstica en la oficina. En una escena del primer episodio, Joan Holloway, la deliciosa administradora/head bitch in charge de las oficinas de Sterling Cooper, le dice a la nueva empleada Peggy Olson que la secretaria ideal es "[una] combinación entre figura materna y camarera."
Aunque el hombre era la figura principal en este tiempo, aquí los personajes femeninos son los más ricos. Nos encontramos con la mujer norteamericana de los 60 en sus tres variantes:
- Betty, la esposa de Don Draper, es una mujer que ha abandonado toda noción de individualidad y búsqueda de logros personales para dedicarse a convertirse en la mujer ideal - hermosa, siempre inmaculadamente arreglada, la envidia de los amigos del marido, ama de casa y madre perfecta, pero que detrás de ese disfraz de perfección que en cada episodio se derrumba cada vez más se oculta una mujer frustrada, que vive sólo para complacer a los demás y por ello ya ni sabe lo que quiere en la vida.
- Peggy Olson, la nueva secretaria de Don Draper, representa a la "nueva mujer", la que sabe exactamente lo que quiere y sale a buscarlo, y por ello se gana el rechazo de sus compañeros que la ven como un bicho raro. También es la mujer que para lograr lo que desea tendrá que hacer compromisos y actuar de acuerdo a las reglas de los hombres.
- Joan Holloway es la Marilyn Monroe a la que todos los hombres desean pero con la que nunca se casarían. Una mujer que seguramente en algún punto de su vida fue una idealista como Peggy, pero que en el camino se dio cuenta de la futilidad de esa actitud y comenzó a comportarse como los hombres esperaban que lo hicera, entendiendo que en aquel entonces era la única forma de obtener lo que quería: poder y control.
Matthew Weiner, creador, guionista y director de varios episodios de la primera temporada, utiliza en Mad Men la misma técnica que David Chase en The Sopranos [de la que Weiner también era guionista]: cada episodio representa una pieza de un gran arco dramático que planea desarrollar a lo largo de toda la temporada. Aquí las personalidades de cada personaje van definiéndose paulatinamente, y el uso de pequeños detalles y escenas que a primera vista paracieran no tiener razón de ser sirven como especie de semillas que se plantan para recoger sus frutos más tarde en forma de futuras historias o desarrollo de los personajes. El ejemplo más claro sería cuando en uno de los primeros episodios Don Draper en su viaje diario en tren hacia Manhattan se encuentra con un hombre que le llama Dick Whitman. Ese simple detalle no se toca hasta más tarde, cuando finalmente entendemos el enorme significado de esa escena.
Cada episodio nos deja clara la idea de que hay un misterio revelándose poco a poco, en el que las piezas que se nos muestran pueden o no servir como pistas para decifrar un gran rompecabezas, en este caso la vida pasada de Don Draper, un hombre que pareciera estar desprovisto de sentimientos que no fuesen fríamente ensayados, pero que por momentos nos ofrece destellos de su verdadera personalidad, como en el mejor momento de toda la primera temporada, en la que demuestra su genialidad como vendedor de ideas, dejando a sus clientes y compañeros boquiabiertos al presentarles un proyector fotográfico como un instrumento de escape del presente que lo asfixia.
En Mad Men, a diferencia de muchas series de culto de las que aparecen y desaparecen cada año, no hay superpoderes, no hay agentes de servicio secreto, no hay abogados ni intrigas amororsas/profesionales en un hospital - lo que sí hay son personajes únicos, una atención exquisita en la puesta en escena, pero sobre todo, algo que le falta al 95% de lo que se lanza en las salas de cine todos los años: historias meticulosamente bien planificadas, escritas y ejecutadas, con diálogos rebozados de inteligencia y cinismo que deberían causar la envidia de la mitad de los guionistas que escriben para cine.
A los que dicen que desde hace mucho los mejores guionistas están trabajando para la televisión y no el cine, ya les creo.
Para aquellos que desean contemplar la futilidad de la existencia humana en intoxicantes dosis de una hora, la tercera temporada inicia el próximo mes de Julio en AMC. Las dos primeras están disponibles en Región 1 de DVD y A de Blu-ray.
La segunda temporada se estrena en España por Canal + el próximo 6 de Mayo.
7 comments:
La quiero ver, la quiero ver, la quiero ver...
Hey man, bueno verte hablando de esta serie. Desde que salió la vengo siguiendo, y es de las series más exquisitas que he visto en toda mi vida. Bueno, te cuento que la segunda temporada está mucho mejor. Yo tampoco soy de fanático de las series de Tele, pero a esta hay que sacarle su plato a parte.
Hay otra serie excelente, no sé si la has oído mencionar. Se llama: In Treatment, la pasan por HBO, su segunda temporada empezó hace dos semanas. El guionista de esta serie es hijo de Gabriel García Marquez. Es otra obra de arte.
Saludos
WOW. Bienvenido al club. Una obra maestra absoluta de la TV.
Ni soy rubia, ni "orejitas", pero al entrar hace poco al traumatólgo y tras el reconocimiento que me llevó, me preguntó si conocía la serie. Sí que me sonaba, lo que ocurre es que tampoco veo demasiada TV. Me dijo que le recordaba mucho a no recuerdo quién porque en aquel momento la desconocía. En dos días llevo los 9 capítulos que el señor "Megavideo" me permite. Y, en este momento, esperando poder reenganchar, va y os descubro. Recordáis la serie "Embrujada"? En España se llamaba así. Don, Betty, el jefe, la vecina... Me recuerdan mucho. Él también publicista y más detalles. Es como si hubiesen tomado los elementos tan atractivos y personajes de esa serie y en lugar de la "magia" y superficialidad del ideal americano, van al lado ¿oscuro? o tal vez al de los miedos y los secretos. Y la de Rodrigo García, guionista de "En terapia" muy interesante.
Y vosotros, también.
Un saludo amable (y cuánto fuman, los condenados...!;)
Gracias, anónima. Espero que sigas pasando por aquí.
Ya me terminé la segunda temporado y es mejor todavía. Dentro de poco un post sobre ella.
Guido! Tenia mucho que no entraba en tu blog, se me olvida lo genial que es...así que me quito el sombrero nuevamente, que grande eres, jiji
Yo soy enferma obsesiva con Mad Men, me bajé ambas temporadas y no dejo de verlas una y otra vez, una y otra vez. Estoy perdidamente enamorada de Don Draper y no hay nada que quisiera más que vivir en esa maravillosa época donde el alcohol y el tabaco no hacían daño y las mujeres sólo teniamos que ser buenas esposas o secretarias...
Sin duda una obra maestra, absolutamente exquisita. Gracias por compartir tu vision!
Besitos :-)
Gracias Ambar! A ver si nos juntamos un día de estos, tu me avisas.
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