Friday, December 24, 2010

It’s a Wonderful Life [Frank Capra, 1946]

ItsaWonderfulLife

Hay dos versiones de Estados Unidos. La real, y la que el país tiene de sí misma, esa de “Land of the free, home of the brave”.

Frank Capra fue y sigue siendo el que mejor supo retratar esa autoimagen, y en It’s a Wonderful Life alcanza su punto cumbre como observador, como comentarista social norteamericano.

Ignorada y olvidada tras su estreno en 1946, rescatada cuando quedó en el limbo del dominio público, convirtíendose en un símbolo de la Navidad gracias a las estaciones de televisión que la transmitían cada año sin falta, It’s a Wonderful Life 60 años más tarde se revela como una cápsula del tiempo, como una vision clarísima de una nación luego de dos turbulentas décadas.

Capra resume a su país en una idea sencilla que tiene dos caras: la forma en que el espíritu comunal puede unir a confrontar los peores problemas, y la forma en que la avaricia es una consecuencia necesaria del capitalismo. También sirve como metáfora de una idea mayor: una nación que paulatinamente toma su posición como el poder mundial que aún es, y sobre las dudas y miedos que un proceso como ése acarrea, apoyándose para ello en un enorme personaje llamado George Bailey.

En la presente y en todas sus películas, Capra estaba del lado de hombres como Bailey y de su filosofía [la decencia, el sentido de comunidad siempre prevalecerán al final], pero a la vez muestra una nueva arista de esta pensamiento: su fragilidad.

Si [como presenta en el extraordinario tercer cuarto de la película], removemos a un hombre como Bailey del escenario, ¿qué sucede? Caos total. Bedford Falls, la consumación del sueño americano, de la vida de pueblo ideal, se convierte en Pottersville, la antítesis total de ese sueño.

Siempre he creído que la perdurabilidad de It’s a Wonderful radica en que George Bailey es el espejo en el que los americanos se reflejan. Están convencidos de que son él o deberían ser como él, aunque muchos de ellos sean más como Mr. Potter. Bailey es definitivamente un mito americano, igual que el Cowboy.

Aunque se ha ganado la reputación de ser una película sentimental y manipuladora, intencionalmente o no, Capra imbuye cada momento sentimental con una oscuridad y un cinismo que nunca se vio en el resto de su carrera.

Me explico. En el universo de Capra eres un buen hombre no porque eres inherentemente bueno y generoso, no. Lo eres porque la única alternativa es la desgracia y la destrucción. Bedford Falls es su Shangri-la no porque sea un pueblo en el que todos cantan y rien agarrados de la mano, sino porque es un lugar en el que la colectividad es más importante que el individuo.

George Bailey, a pesar de no haber vivido la vida que planeó, a pesar de haber vivido literalmente de fracaso en fracaso, de sacrificar sus sueños para cumplir los de otros, entiende que es el hombre más rico del mundo no por todos los amigos que tiene, sino porque su existencia es absolutamente vital para la felicidad de la colectividad.

No será el gran explorador que pensó que sería, pero sí es un GRAN hombre.

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2 comments:

Anonymous said...

Hey! No te había vuelto a leer desde que volviste a publicar. Hacias falta man.

orlando said...

q weno q volviste. coincidentemente ayer junto a mi hermana y a su novio, vimos manhattan murder mystery. gracias por la recomendación.

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